Una de las cinco versiones del cuadro "La isla de los muertos", del pintor suizo Arnold Bocklin. La pintura simbolista que estremece a cuanto ojo se le ponga por delante, ha influenciado, corroído y puesto en guardia a todo efectismo o intento lóbrego de plástica posterior. Es figurativo y explícito, es cierto. La sugerencia tácita de espantájos siempre nos remece aún mas, pero su interior es oscuro, inerte, fosco... lo que usted quiera se encuentra ahí. En un comienzo, una pintura por encargo, de la cual hasta el mismo Hitler adquirió una de las versiones. De lo formal para que hablar, su semiosis y lectura es lo que interesa, si Caronte llega al portal...da lo mismo, en el centro de cipreces, flanqueadas por pétrea arquitectura, están todas las respuestas.

1 comment:

Ortiga said...

es hora de cargar otra imagen... no creen???